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CARTAS MARRUECAS

LTI

El romanista judio de Dresde Victor Klemperer mantuvo, durante los años de gobierno nacionalsocialista, un diario que constituye uno de los más ásperos documentos que se hayan escrito sobre el totalitarismo y sus argucias. Lo leí, de la cruz a la data, en el verano de 2007, en las semanas en que estuve convaleciente de una delicada intervención ocular (ello, dicho sea de paso, significa que leí las 1700 páginas con un solo ojo, lo cual acrecienta el mérito). Es un documento prolijo, rico en detalles y en matices, con escenas de una extrema dureza, y con algunos pasajes de una extraordinaria dulzura en su patetismo. Los diarios de Klemperer son los escritos de un fino cronista, y al mismo tiempo los de un penetrante psicólogo. Psicólogo de los demás, y de sí mismo. Un texto hipnótico que, al tiempo que se lee secuencialmente, como diario, se interpreta en niveles distintos. El sinvivir de vivir cotidianamente sin saber qué va a ocurrir al siguiente día (o más bien sabiendolo y temiéndolo) discurre sobre un fondo consciente de progresivo y sistemático deterioro de la libertad, de las condiciones materiales y de la salud.

Uno de los hilos conductores del texto es la dificultosa relación con su trabajo filológico. Expulsado de la unviersidad y sin acceso a las fuentes, pugna por finalizar una Historia de la Literatura Francesa, cuya tórpida redacción le hace temer que se convierta en labor obsoleta antes de su improbable terminación. Además de esta labor "académica", el texto de los diarios se encuentra salpicado de las letras LTI (Lingua Tertii Imperii). Klemperer se había dado cuenta de que, de la misma manera que el totalitarismo infecta las mentes, o precisamente para poder hacerlo, infecta tambien el lenguaje. Con todo lo recabado en esta linea acabó por redactar un libro, titulado tambien LTI.

 Hoy día, cuando todas aquellos oscuros acontecimientos parecen lejanos y (¡ay!), irrepetibles, surge una nueva LTI. Una manera de articular y emitir el discurso político que atonta y anestesia, que ahuyenta cualquier elemento de juicio ponderado y racional, y hunde sus raices en el irracionalismo, el sentimentalismo y el pensamiento mágico. Los nuestros son tiempos en que se vota con fé, con esperanza, tiempos en los que hay que creer (¿en qué?), en los que hay que construir (¿qué?), en los que hay que hacer (¿qué?). Tiempos de muchas preguntas sin respuesta.

 

2 comentarios

cartasmarruecas -

Es un discurso de "copy and paste". Los medios de comunicación proporcionan a la gente una serie de elementos discretos, una especie de abalorios discursivos que se van engarzando unos detrás de otros para ir hilando frases, sin importar demasiado si detrás de todo ello hay argumentos coherentes. No hay una reflexión expresada "a posteriori", sino una serie de lugares comunes que hay que encajar con calzador.
Saludos. Por cierto, D. Julio, siento lo de las elecciones.

Julio Andradas -

Es la vacuidad inane; no hay sustancia ni contenido, todo son eslogans, frases hechas y pensamientos abstractos que no llevan a ningún lado, a ninguna posición concreta, pero que cumplen las expectativas de esa sociedad cada vez más relativista.