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CARTAS MARRUECAS

APRECIADA MRS. GARNETT...

...Deje Vd de amargarme la existencia. Desde su poltrona universitaria, y a través de unos medios de comunicación dispuestos a dar pábulo a las cosas más peregrinas, ha lanzado Vd una invectiva contra los británicos y sus hábitos dietéticos, porque según Vd atentan contra el medio ambiente y agravan el cambio climático.

Resulta que, según Vd:

There are impacts along the whole of the food chain - from growing the food, processing, packaging and refrigerating it, to retailing it (all those chiller cabinets, for instance). In its entirety, the food we eat contributes to about a fifth of the UK’s climate changing emissions. Food transport contributes only a fraction of this.

Desconozco donde quiere Vd llegar (aunque al final temo que donde llegará será a una marcada subida de los impuestos que gravan los alimentos, eso sí, bautizandolos como tasas ecológicas, que parece que escuecen menos). Lo que si tengo claro es dónde no quiero que me lleven ni Vd ni los agoreros de su cuerda. Por supuesto, toda actividad humana tiene repercusion sobre el clima, sobre la fauna, sobre la flora. Tambien fenómenos naturales completamente independientes de nosotros tienen tales efectos. Piense en impactos de asteroides (¿conoce la hipótesis Alvarez?), erupciones volcánicas, tormentas solares, incluso la precesión equinoccial. Todo ello modifica el clima. Por cierto, ha de saber Vd que el clima ni ha sido, ni es,  ni será, ni tiene por qué ser estable. Eso es una farsa ñoña y antropocentrista que se han inventado los espabilados de turno para vivir del cuento y entristecernos la existencia, y de paso sacarnos los cuartos mediante tasas, exacciones y alguna que otra Expo sobre el particular.

Apreciada Sra Garnett: usted y su prédica no son más que una muestra de la extrema debilidad del pensamiento postmoderno. Puede quedarse Vd en su sitio intentando convencernos de la  maldad de nuestra presencia en la tierra. Incluso puede Vd celebrar la grandeza de sus argumentos delante de un buen plato de tripas cocidas. Pero no se meta ni en mi vida, ni en mi cocina.

Con las cosas de comer no se juega.

Agradecemos al Guardian este rato de solaz climático.

 

3 comentarios

Natalia Pastor -

Totalmente de acuerdo con lo que exponeis.
Al final,esta preocupación mediambiental ha derivado en una histeria de la cual unos listos se han apropiado y se están haciendo de oro.
Con la perversión del lenguaje como fondo y elementos imprescindible.

cartasmarruecas -

Es cierto. La mayor parte de las tonterías postmodernas se asumen sin crítica lógica, conceptual o incluso lingüistica o filológica. Hace tres años leí el precioso libro "LTI, la lengua del tercer Reich", de Victor Klemperer, y era fascinante ver cómo había entendido (como filólogo que era) la decisiva influencia de las palabras y el lenguaje sobre la constitucion de las mentes de su tiepo. El año pasado, debido a una convalecencia, tuve tiempo de leer los diarios de Klemperer, desde el 33 hasta el 45. En ellos se ve el surgimiento de la idea de la LTI (Lingua Tertii Imperii). Es muy interesante ver los paralelismos con lo que está ocurriendo ahora.
Saludos.

Julio Andradas -

Aquí se está produciendo una evolución,no sólo lingüistica,si no de conceptos:hemos pasado de hablar de "calentamiento global" a la nueva terminología obligada del "cambio climático".
¿Obligada?. Pues si,por que lo del "calentamiennto" ya no cuela,cuando el ciudadano de Las Vegas y del estado de Arizona, ha visto como en los últimos diez años,las temperaturas son más suaves.
O que el pasdo verano en New York, y el anterior, en julio y agosto,la temperatura máxima fue de 40º,cuando en la decada de los noventa se alcanzaron los 46º.
Bueno, mientras Al Gore siga ganando dinero,....